6 de octubre de 2019.- En el mundo, una de cada tres personas que padece una enfermedad vascular cerebral (EVC) sufrirá como consecuencia algún grado de discapacidad. Para revertir los daños a la memoria de adultos mayores con esta afección y mejorar su funcionalidad, Laura Elisa Ramos Languren, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, realiza pruebas mediante un programa computarizado.
Las tareas del entrenamiento computarizado están diseñadas para trabajar la memoria de personas con una EVC, con la finalidad de que puedan mantener su atención en algo específico.
La EVC es una alteración en las neuronas provocada por la disminución del flujo sanguíneo al cerebro, y dependiendo del área afectada, las secuelas pueden ser dolor, picor, hormigueo o ardor; deficiencias motoras como parálisis en una o varias extremidades; alteraciones de la sensibilidad: temperatura, tacto y dolor; en el lenguaje, que implica dificultad para hablar o vocalizar; en la deglución de alimentos y bebidas; disminución del campo visual; incluso problemas para controlar las emociones.
Es considerada un problema de salud pública que se puede presentar después de los 45 años, con una prevalencia de 11 por ciento en personas de 55 a 65 años. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2017 la EVC fue la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte y demencia en adultos. En México, cada año 118 personas por cada 100 mil padecen esta afección (IMSS, 2018), refirió la universitaria.