Aunque en la jerga coloquial la expresión “¡qué padre!” es poco menos que “¡a toda madre!”, hoy en día tanto hombres como mujeres han ingresado, de manera lenta pero progresiva, a ámbitos que antes eran impensables para su género. Esta situación ha logrado que se modifique la idea de paternidad responsable, que en el pasado era sinónimo de ser proveedor.
Ahora, dijo Rolando Díaz Loving, académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, ser padre responsable implica acompañar a los hijos e interactuar con ellos.
En el marco del Día del Padre, que se festeja este domingo 17, expuso que los papás “cada vez se involucran más en actividades como jugar o disciplinar a los niños, y esto abre la posibilidad de tener seres humanos con competencias tradicionales de la masculinidad y la feminidad: responsables, trabajadores, productivos, creativos, tiernos, cariñosos y cuidadosos”.
Sin embargo, reconoció el universitario, una barrera para avanzar en este proceso es la visión tradicional, que asigna tareas estereotipadas y acartonadas a hombres y mujeres. Por ello, “es necesario modificar la educación e incorporar aspectos encaminados a relaciones interpersonales armoniosas”.
Además, prosiguió Díaz Loving, en la actualidad hay una variante en la crianza de los hijos: los teléfonos inteligentes, que se han convertido en una herramienta auxiliar en ese proceso. El avance de la tecnología influye en la manera en que las personas interactúan y socializan, y tendrá un impacto en las generaciones actuales, y las siguientes.
“Antes, cuando los padres no estaban presentes por lo general contaban con un ‘cuidador’ que interactuaba ‘de manera humana’ con los hijos; ahora una de las posibilidades es darles una tableta para que se entretengan. Es importante cuestionar las repercusiones que esta situación tendrá en el desarrollo de las competencias para la interacción”, subrayó.