La democracia está viva. La cartografía electoral de Estados Unidos es cromáticamente roja (Partido Republicano) en el centro, y azul (Partido Demócrata) en las costas. Fue una elección dividida que no representa una derrota para Donald Trump, porque su partido se robusteció en el Senado, pero sus propuestas podrían ser obstaculizadas desde la Cámara de Representantes, expusieron especialistas del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.
En la conferencia de medios “¿Qué repercusiones tendrán para México los resultados de las elecciones intermedias en Estados Unidos?”, Silvia Núñez aclaró que las elecciones intermedias en ese país siempre están basadas en la agenda doméstica e interna, y no en asuntos internacionales (como México); prueba de ello es que el tema preponderante para los electores fue el cuidado a la salud (en relación con el Obamacare), y no los flujos migratorios.
“Trump quiso incidir en el voto demócrata con el tema migratorio, pero le falló el timing, no le salió la jugada; cada quien votó por los asuntos de sus partidos. Él apostaba a que sería determinante, y no lo fue”.