Ciudad de México; 10 de octubre de 2022.- Los altos niveles de estrés afecta al 30% de mexicanos, señalan especialistas de la UNAM; emiten recomendaciones para controlarlo.
Así lo afirma el académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, Benjamín Domínguez Trejo, quien con motivo del Día Mundial de la Salud Mental -a conmemorarse este 10 de octubre-, señala que el estrés es el componente mental que afecta aproximadamente a 30 por ciento de la población mexicana, la cual padece hipertensión, cáncer, diabetes y demás enfermedades no transmisibles y transmisibles como la COVID-19.
Los altos niveles de estrés, prosigue, se asocian a cambios inmunológicos intensos y uno de ellos es la respuesta inflamatoria: a mayor elevación de esta somos más vulnerables y frágiles biológicamente. “Nuestro cuerpo está más débil para defenderse”.
Por ello, destaca la importancia de conocer factores que pueden contribuir a modularla en la población mexicana. Uno de ellos es la actividad física.
“Las personas que caminan más de seis mil pasos al día, que es alrededor de 30, 40 minutos de caminata, tienen menores niveles de inflamación. Esta es una práctica que puede hacer cualquier persona, incorporarlo a sus hábitos para mejorar sus defensas inmunológicas”.
Es cada vez más sólida la evidencia de que, al contar con percepción de apoyo social, tiene grandes repercusiones para la conservación de nuestra salud física y emocional.
“Una persona que se siente tratada injustamente, presenta niveles de inflamación más elevados y en este sentido, es más vulnerable”, añade quien durante más de tres décadas ha colaborado en la evaluación y apoyo para cuidar la salud mental y bienestar de pacientes con cáncer.
Asegura que una de las grandes lecciones es que incluso una persona con cáncer avanzado puede tener niveles altos de salud mental, ya que la capacidad humana para adaptarse es enorme. Los especialistas pueden apoyarlos al reconocer factores que contribuyan a la adaptación de una manera menos complicada, al impacto de las fuentes de estrés, tanto físico como psicológico.
Otro procedimiento sencillo que cualquier individuo puede poner en práctica es la respiración lenta, incluida la realización de yoga. “Es un recurso que permite poder transitar de un estado de estrés elevado a uno de serenidad, en minutos, sin tener que recurrir a fármacos”, agrega Domínguez Trejo.
Realizar una actividad física diaria durante 30 o 40 minutos, sentirse querido, apoyado, no discriminado -conocido como percepción de apoyo social-, y practicar la respiración lenta, son factores psicológicos que contribuyen a bajar o modular la actividad inflamatoria, relacionada con cambios inmunológicos intensos generados por estrés, son algunas recomencaciones.