En el mundo, alrededor de mil millones de personas viven con alguna discapacidad (aproximadamente 15 por ciento de la población total). Según la Encuesta Mundial de Salud, de ese total 110 millones tienen dificultades significativas que afectan de manera severa sus actividades diarias.
El número crece debido al envejecimiento poblacional y el incremento de problemas crónicos de salud, indicó Guadalupe Cañongo León, del programa único de especializaciones en trabajo social en modelos de intervención con adultos mayores, de la Escuela Nacional de la especialidad (ENTS) en la UNAM.
Aunque la edad avanzada y el riesgo de discapacidad se correlacionan, no significa que una sea sinónimo de la otra, ni que todos los adultos mayores estarán en esa condición, aclaró. Pero “es importante pasar del aspecto curativo de las enfermedades, al preventivo”, dijo.
En la conferencia “Discapacidad y vejez: implicaciones sociales y de salud”, subrayó que la prevalencia de la discapacidad es mayor en países de medianos y bajos ingresos económicos, y los sectores más vulnerables son las mujeres y ancianos.
Sus características son influidas por las condiciones de salud general y por el contexto. Sus causas son variadas; los accidentes de tránsito, las catástrofes naturales (como sismos) y la violencia son sólo algunas.
Se estima que para 2050, de los dos mil millones de personas mayores que habrá en el mundo, 80 por ciento habitará en países como el nuestro. En 2020, uno de cada ocho mexicanos pertenecerá a ese sector poblacional; en 2030, uno de cada seis, y en 2050, uno de cada cuatro tendrá 60 años o más, expuso.
“El problema no es la cantidad de personas, sino las condiciones que enfrentarán, porque llegaremos a esa edad enfermos”, resaltó.