México, D.F.- México es el séptimo productor de pollo de engorda en el mundo, pero es un país con dependencia genética: carece de pies de cría e importa progenitores y reproductores, señaló María del Pilar Castañeda Serrano, investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
El consumo per cápita nacional al año es de 27 kilogramos. Por su precio, esta carne es más consumida que la de cerdo y res. Es tan importante la avicultura en la economía mexicana, que de 10 kilos de productos pecuarios, 6.3 son de carne de pollo y huevo, así como de sus derivados, indicó la también coordinadora académica del Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Producción Avícola (CEIEPAv) de la FMVZ en Tláhuac, Ciudad de México.
La dependencia genética es tal, que si empresas de Estados Unidos, Francia e Inglaterra decidieran no vendernos reproductores y progenitores, «quebramos como productores», alertó.
El pollo de engorda y la gallina de postura no son especies o razas, sino estirpes o líneas genéticas generadas mediante un mestizaje, y crear una estirpe del primero (Ross, Cobb o Hybro) o de la segunda (Hy-line, Babcock o Hisex Brown) implica mucha inversión de tiempo y dinero, afirmó Castañeda Serrano.
Las empresas extranjeras que crearon estas estirpes venden a los avicultores mexicanos parvadas de progenitoras, que al cruzarse generan reproductoras, que son las mamás y los papás del pollo y gallinas que conocemos.