Ciudad de México; 23 de enero de 2021.- En cualquier crisis se experimenta un momento de miedo que orilla a las personas a buscar información sobre el tema y seguir las medidas indicadas; sin embargo, después de un tiempo se habitúan a la nueva situación, suelen desapegarse de las indicaciones y, en ocasiones, se genera desorden emocional, explicó Angélica Juárez Loya, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
En otras situaciones, como en sismos, lo primero que la gente hacía era reunirse, abrazarse y estar cercanos para apoyarse; en esta pandemia, en cambio, las personas deben estar juntas pero con distancia, aunque a la familia se le ha sumado importancia; existe descuido en el cumplimiento de las medidas sanitarias como el aislamiento social.
A 10 meses de la pandemia, la universitaria definió algunos aspectos favorables: la tecnología tiene mayor valor agregado; parte de la población aprendió a convivir más en familia, procura su salud física y emocional, controla mejor sus emociones haciendo buen uso de las propias capacidades y la creatividad; además de reconocer la relación ser humano-ambiente.
Sin embargo, añadió: “varios especialistas han dicho que viene una tercera ola de problemas en salud mental, debido a lo que está generando esta pandemia después de tanto tiempo de confinamiento”.