La inteligencia artificial no debe considerarse mejor que el ser humano, señalan expertos de Fundación UNAM. La IA debe entenderse como una extensión de la capacidad humana y no como un sustituto, subrayan.
Durante la primera sesión de la Onceava edición del Foro 20.20, organizado por la Fundación UNAM (FUNAM), el académico Luis Alberto Pineda Cortés subrayó que la inteligencia artificial (IA) no debe verse como superior al ser humano, sino como una herramienta que potencia las capacidades humanas. Pineda, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la UNAM, destacó que la IA, al igual que otras tecnologías, está diseñada para facilitar y mejorar el trabajo humano, permitiendo hacer las cosas de manera más eficiente y rápida.
Acompañado por Dionisio Meade y García de León, presidente del Consejo Directivo de FUNAM, Pineda comentó que la inteligencia artificial ha sido una metáfora recurrente a lo largo de la historia, desde los mitos del Génesis y Prometeo, hasta las historias de Pinocho o los replicantes de Blade Runner. En todos estos relatos, se plantea la creación de una máquina a semejanza del ser humano que, eventualmente, toma decisiones de forma autónoma.
El académico recordó el caso de Deep Blue, la máquina que derrotó al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov en 1997. A pesar de que este hecho fue percibido inicialmente como una derrota para la humanidad, con el tiempo, la IA contribuyó a la democratización del ajedrez, permitiendo que los mejores jugadores del mundo mejoraran sus estrategias con simuladores.
n su intervención, Dionisio Meade señaló que hace más de una década, FUNAM inició un ciclo de reflexiones sobre el futuro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), proyectando cómo sería la institución en 20 años. Este ejercicio ha permitido analizar diversos temas, como tecnologías de la información, cambio climático, paradigmas de salud y los desafíos de la vida urbana. Asimismo, Meade resaltó la importancia de mantener estas discusiones para garantizar que la UNAM siga siendo un referente educativo y de investigación en las próximas décadas.
Por su parte, Alejandro Pisanty Baruch, otro de los expositores, destacó que cada nueva tecnología genera lo que se conoce como “pánico moral”, una reacción social ante el cambio que, con el tiempo, se transforma en adaptación y aceptación.
Finalmente, Pineda recordó que naciones como Estados Unidos y China lideran el desarrollo de la inteligencia artificial, aprovechando el imaginario colectivo para comercializar estas tecnologías. Sin embargo, insistió en que la IA debe entenderse como una extensión de la capacidad humana y no como un sustituto.