Ciudad de México; 16 de enero de 2020.- La falta de sueño impacta de manera negativa el desarrollo de nuestras actividades cotidianas, y si es crónica, acelera el surgimiento de enfermedades metabólicas y reduce la expectativa de vida, afirmó Reyes Haro Valencia, exacadémico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
El también presidente emérito de la Sociedad Mexicana de Investigación y Medicina del Sueño remarcó que limitar las horas que dormimos tiene efectos negativos en la cognición, que es la facultad de procesar la información que recibimos; no obstante, dormir menos es común en las sociedades modernas debido a estrés, condiciones médicas, trastornos del sueño, exigencias laborales y académicas, así como responsabilidades sociales y domésticas, entre otros factores.
En promedio, se debe dormir ocho horas (siete es lo mínimo recomendable), y los menores de 21 años nueve horas, porque aún están en desarrollo, dijo.
Aunque la gente piensa que puede acostumbrarse, dormir menos tiempo del requerido evita funciones vitales como la restauración de los sistemas neuronales, pues el cerebro se recupera al soñar, y no hacerlo impacta de manera negativa en el desarrollo de nuestras actividades cotidianas: hay cansancio y lentitud, remarcó.
El universitario resaltó que en México aproximadamente 40 millones de personas sufren trastornos de sueño, y hoy en día se conocen 20 causas asociadas al insomnio, entre ellas el estrés, el estilo de vida, las exigencias diarias y la apnea.