Ciudad de México; 3 de abril de 2022.- La ansiedad puede ser incapacitante; alertan Expertos de la UNAM.
La ansiedad a veces se confunde con estrés, porque ambos se traslapan. Lo común es que manifestemos este último, el cual es habitual e implica adaptarse a un cambio, aunque si no se maneja adecuadamente puede llegar a esa preocupación y miedos intensos, destacó el académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, José Alfredo Contreras Valdez.
Se trata de un sentimiento de temor e inquietud, por el cual las personas desarrollan temor exacerbado a lo que les rodea: pensamientos catastróficos, incertidumbre, irritabilidad, enojo, preocupación y algunos síntomas físicos como sudoración, aceleración de la respiración y latidos cardiacos, bochorno y falta de aire, afirmó.
De igual forma, la ansiedad causa alteraciones en lo que pensamos y propicia la activación y sobrecarga de diversos sistemas del cuerpo, por lo que se generan síntomas fisiológicos, añadió al participar en una conferencia sobre el tema en el programa a distancia Café Expreso, Humanidades en Diálogo, de la FP.
Aunque no es común, puede llegar a ser incapacitante, especialmente cuando se desarrolla trastorno de pánico, un tipo de ansiedad en el que las personas tienen ataques repentinos -se producen rápidamente y en ocasiones duran varios minutos-, y momentos repetidos de miedo intenso sin haber peligro aparente.
En la tipo generalizada los individuos se preocupan por problemas comunes: salud, dinero, trabajo y la familia, pero sus inquietudes son excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos seis meses.
También existen las fobias en la cual desarrollan miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser a volar, a las arañas, a lugares concurridos o a estar en situaciones sociales (conocida como ansiedad social).
Contreras Valdez destacó que a veces los ataques de ansiedad se confunden con un cuadro de infarto, por lo que los individuos se asustan y acuden a una consulta de emergencia. El especialista recomendó la asistencia a terapia psicológica para modificar patrones de comportamiento.