Ciudad de México; 18 de enero de 2020.- Los incendios no brotan espontáneamente, son consecuencia de un mal manejo del fuego y de los recursos naturales; asimismo, los desastres no son naturales ni culpa de la naturaleza, sino resultado de la combinación de una amenaza (natural) y una vulnerabilidad (socialmente construida), afirmó Víctor Magaña Rueda, investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM.
Los incendios forestales son un gran problema ambiental en México y el mundo, y aumentan cuando disminuye la precipitación y aumenta la temperatura. Para evitarlos es necesario eliminar las quemas agrícolas (como la agricultura de roza, tumba y quema), así como diseñar y aplicar políticas públicas de prevención, dijo.
En conferencia de medios, donde se refirió a los incendios en Australia, indicó que para la ocurrencia de un incendio deben converger factores como condiciones climáticas peligrosas: sequía meteorológica, altas temperaturas, baja humedad del aire, vientos intensos y descargas eléctricas. Además, condiciones de vulnerabilidad como actividades humanas que utilizan fuego, y vegetación dominante con propensión a incendiarse.