Vie. Nov 22nd, 2024
El Alzheimer impacta al paciente y a su familia, indican expertos

Ciudad de México; 8 de septiembre de 2022.- El Alzheimer impacta al paciente y a su familia, indican expertos de la UNAM. El padecimiento es un trastorno neurocognitivo que implica un deterioro en las funciones superiores del cerebro.

La enfermedad de Alzheimer impacta a la persona que la padece y también a su familia. En el cuidador del enfermo se pueden presentar problemas fisiológicos, cognitivos, afectivos, sociales y laborales, por lo que es indispensable desarrollar habilidades para la vida, es decir, aptitudes necesarias para tener un comportamiento adecuado y positivo que permita enfrentar eficazmente las exigencias cotidianas.

La profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, María Eugenia Gutiérrez Ordóñez, refirió que se trata de un trastorno neurocognitivo que implica un deterioro en las funciones superiores del cerebro, debido a la muerte neuronal. Aparece a partir de los 65 años y conforme se incrementa la edad aumenta la probabilidad de que se presente; a los 87 años es de 47 por ciento.

De hecho, aclaró, no existen estrategias para prevenirlo. En la mayoría de los casos aparece por cuestiones genéticas, hasta en cinco generaciones antecesoras. Sin embargo, se ha encontrado que estimular al cerebro con lectura o crucigramas, por ejemplo, mantiene la actividad cognitiva que coadyuva a que en ese órgano no haya deterioro.

Evoluciona y consta de tres etapas: leve, moderada y severa. Algunos autores proponen más, las cuales van desde que el paciente no presenta cambios en su estado de ánimo ni algún problema intelectual, hasta la pérdida del lenguaje, dificultades para caminar y cuerpo rígido, cuando el Alzheimer es severo y es la más difícil para la familia.

Cuando se entrega el diagnóstico, los parientes no lo creen y comienzan a buscar otras opiniones médicas; presentan angustia y ansiedad que derivan en temores fuertes por el futuro que les espera. Se transforma la dinámica familiar cuando el enfermo se muda con algún hijo para ser atendido.

En ocasiones se considera que es un momento inoportuno, porque los integrantes de la familia estudian o trabajan, y nadie permanece en casa. Comienzan a surgir sentimientos de ambivalencia porque se piensa: “es mi papá y lo tengo que cuidar”, pero se sopesan las actividades que ya no se podrán realizar.

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