El despliegue de dos mil a cuatro mil soldados de la guardia nacional de Estados Unidos en la frontera con México para intentar detener la migración ilegal a ese país es una estrategia estridente, magra y tardía, consideraron académicos de la UNAM.
Se busca realizar con mayor estridencia acciones que ya han ocurrido en otros tiempos (con los expresidentes George W. Bush y Barack Obama). “Es la tercera vez que se envía esa guardia a la frontera y sabemos de sus magros resultados”, recordó Juan Carlos Barrón Pastor, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
En conferencia de medios celebrada en el auditorio del edificio anexo del Instituto de Geografía (IGg), Barrón destacó que “desde el CISAN nos manifestamos en contra de cualquier opción militar hacia los migrantes connacionales, centroamericanos, y demás personas que se encuentran en extrema vulnerabilidad. La respuesta militar no es la opción”.
Asimismo, consideró que la respuesta a esta violencia estructural responde a un cambio de estrategia por parte de la Presidencia de EU, pero reconoció que “en este momento el número de deportaciones ha bajado, el número de cruces fronterizos está en su nivel más bajo en años”.