Debido a los avances tecnológicos, el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida), provocado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), ha dejado de ser visto como un padecimiento mortal y ahora se le considera crónico. Los innovadores tratamientos antirretrovirales permiten a las personas afectadas vivir muchos años más.
Aunque se habla de una supuesta cercanía del final de esta pandemia, “en algunos países se observan repuntes que se manifiestan en grupos socialmente vulnerables, como varones que mantienen prácticas homoeróticas, indígenas, personas trans y mujeres”, afirmó César Torres Cruz, becario posdoctoral de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
En 2017, de acuerdo con ONUSIDA en América Latina 77 por ciento de quienes vivían con VIH estaba al tanto de su condición, y aproximadamente 61 por ciento tenía acceso a alguna terapia antirretroviral. “En México hay aproximadamente 230 mil personas que viven con el virus”, dijo al participar en el segundo ciclo de conferencias magistrales sobre “Desigualdades de género. Género, cuerpo y salud”, organizado en el Instituto de Investigaciones Sociales.