CdMx.- Los casos del síndrome de ojo seco tienden a aumentar en la población mundial; esta afección aparece como consecuencia de la disminución de la producción de lágrimas o de su excesiva evaporación, y sus síntomas son dolor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño y comezón.
“A partir de los 40 años, las mujeres son las más afectadas, pues por la edad y el cambio hormonal las glándulas secretoras lagrimales dejan de funcionar normalmente”, comentó Selene Molina Cruz, química farmacobióloga, alumna del doctorado en Ciencias Biomédicas de la UNAM.
Como integrante del Consorcio Mexicano para el Estudio de la Microbiota y del Microbioma Humano, la universitaria realiza la caracterización funcional y taxonómica de la comunidad microbiana en el proceso de inflamación del síndrome de ojo seco, que según registros del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana, de la Ciudad de México, padecen nueve de cada 10 pacientes.
Molina Cruz aclaró que hay otros factores que propician que las lágrimas se evaporen con mayor rapidez, como permanecer en lugares cerrados con aire acondicionado o fijar la mirada mucho tiempo en todo tipo de pantallas, pues eso disminuye el parpadeo y, al no ser suficiente, las lágrimas no se distribuyen y el ojo no se humecta adecuadamente