Ciudad de México; 7 de abril 2021.-De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la pandemia por la COVID-19 evidenció que algunos sectores de la población en el mundo pueden llevar una vida más sana y tener un mejor acceso a los servicios de salud que otros, debido a las condiciones en las que nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen.
Las regiones más vulnerables en el mundo tienen peores condiciones de vivienda y educación; menos oportunidades de empleo, y disponen de poco o ningún acceso a entornos seguros, agua y aire limpios, seguridad alimentaria y más aún a servicios de salud. Todo ello genera sufrimientos innecesarios, enfermedades prevenibles y muertes prematuras.
Al respecto, Irma Araceli Aburto López, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, expresa que la humanidad aspira a conservar buenos hábitos de alimentación e higiene para favorecer su salud. Sin embargo, estas prácticas no pueden lograse en todas las poblaciones debido a las condiciones de vida en las que subsisten.
En ocasión del Día Mundial de la Salud que se conmemora el miércoles 7 de abril, resalta que en 2021 el lema de la efeméride es “Construir un mundo más justo y saludable”; sin embargo, la crisis sanitaria puso de manifiesto a nivel global “que no somos ni justos, ni saludables”.
La profesora de la licenciatura de Médico Cirujano de la FES Zaragoza, puntualiza que para estar sanos requerimos estabilidad física y emocional. Es decir, para que nuestra maquinaria biológica esté en equilibrio, necesitamos una nutrición equilibrada que consiste en la ingesta de carbohidratos, ácidos grasos y aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales y agua.
No obstante, se pregunta: ¿quién come bien hoy en día? Y se responde: para tener salud biológica requerimos, al mismo tiempo, de salud económica y social, algo complicado de alcanzar, pues existen poblaciones en México y el mundo donde la distribución del capital no es equitativa, como tampoco el reparto de alimentos, y ello tiene que ver con la prevención de enfermedades. Es decir, nuestro mundo es desigual, por ello la salud también lo es.