Ciudad de México; 8 de junio de 2023.- Aseguran expertos la UNAM que el 50% de los mexicanos no tienen una dieta saludable. La población en México ha pasado de consumir una dieta tradicional, a comer alimentos industrializados.
En México se vive una transición nutricional que implica el paso de la dieta tradicional hacia el consumo de productos procesados y ultraprocesados, además de los cambios en la forma de producir los alimentos, consideraron especialistas al participar en la sesión mensual del Seminario Permanente en Agricultura, Alimentación y Sostenibilidad, organizado por el Programa Universitario de Alimentación Sostenible (PUAS), de la UNAM.
La profesora de la licenciatura de Ciencia de la Nutrición Humana de la Facultad de Medicina, Ana Gabriela Ortega Ávila; el investigador del Instituto de Geografía, Quetzalcóatl Orozco Ramírez, ambos de la UNAM, así como Mishel Unar Munguía, del Instituto Nacional de Salud Pública, estimaron que son diversos los desafíos para transitar hacia una alimentación saludable y sostenible.
En opinión de Ortega Ávila, una dieta saludable implica contar con una cantidad apropiada de calorías, inocua, con diferentes grupos de alimentos y culturalmente adecuada; es decir, que se adapte a las tradiciones culturales, religiosas, etcétera, del lugar de residencia de cada persona.
Sin embargo, recalcó, en la actualidad el país cruza por una transición nutricional, parte de ello involucra los cambios de dietas tradicionales altas en leguminosas, maíz, frutas y verduras hacia dietas más industrializadas, globalizadas, occidentales, que se caracterizan por tener productos altos en azúcares refinados, grasas saturadas y productos de origen animal.
En la sesión Desafíos actuales en México para una transición hacia una alimentación sostenible, la especialista universitaria afirmó que 50 por ciento de la población mexicana tiene dietas que no necesariamente son saludables. “Los patrones de dieta que vemos en la actualidad son occidental, moderno, alto en azúcares y grasas, comida rápida, industrializados: refrescos, carnes procesadas, alimentos altos en sodio, fritos, alcohol, pastelillos, etcétera”.