Ciudad de México; 6 de julio de 2020.- Cuerpos de agua naturales o artificiales con deficiente mantenimiento, y que son utilizados por vacacionistas, podrían tener amibas potencialmente dañinas, cuya proliferación es mayor durante temporadas calurosas, como el verano, revelan estudios encabezados por Elvia Manuela Gallegos Neyra, investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM.
La responsable del Laboratorio de Investigación en Patógenos Emergentes de dicha unidad académica explicó que esos microorganismos son termófilos (soportan temperaturas relativamente elevadas) y se multiplican durante el verano. Debido al cambio climático, pueden invadir nuevos hábitats y aumentar su distribución en el planeta.
Gallegos Neyra estudia desde hace más de 30 años las amibas de vida libre (AVL), un grupo de protozoos de importancia ecológica y médica, algunas con la capacidad de vivir en diversos ambientes (agua y suelo) o como parásitos, siendo perjudiciales para el humano y los animales.
Es necesario ser más cuidadosos cuando se visitan parques acuáticos y balnearios, especialmente en época de verano, pues en ciertas zonas del país rebasan los 40 grados, recomendó.
También se debe verificar que esos espacios cumplan con un estudio microbiológico de calidad, a fin de garantizar la seguridad de los usuarios toda vez que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es necesario cuando se utilizan para actividades recreativas como deportes acuáticos, natación o buceo.
Las AVL tienen una amplia distribución en la biósfera, sobre todo las exponencialmente patógenas. Se han encontrado en redes públicas, albercas, estanques, ríos, lagos, aguas termales naturales o calentadas artificialmente, de desecho industrial y marina, suelo, canales de riego, unidades dentales, así como en cenotes; en urbes como Monterrey, Mexicali, Oaxaca, Yucatán y la Ciudad de México y sus alrededores, entre otras, precisó.
Pueden causar la muerte
Dentro de las especies patógenas, Gallegos Neyra mencionó a Naegleria fowleri, también conocida como “comecerebros”, relacionada con la meningoencefalitis amebiana primaria (MEAP), que afecta al sistema nervioso central; al entrar por aspiración de agua contaminada a través de la nariz llega rápidamente al encéfalo y puede causar la muerte en un periodo de tres a siete días después de la incubación.